Para mi mamá, la piedra contra la que he empujado.
Me has mostrado dónde estaba mi trabajo, y eso es lo que necesitaba encontrar; ahí es donde necesitaba brillar mi propia luz.
Ha sido un regalo seguir tus pasos, por difícil que haya sido a veces.

Para mi papá, cuyo camino también ha sido mi camino.
Me has estado mostrando el camino
incluso cuando fue tan difícil para ti.

Y para Pete y Jeff, que también fueron mis guías.
Gracias por sostener la luz.

Walker: una memoria espiritual por Jill Loree

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