Hay leyes espirituales que se aplican a tres niveles de la realidad: hacer, pensar y sentir. De estos, el trabajo más duro debe realizarse en el nivel de los sentimientos. La razón por la que los sentimientos son los más difíciles es porque muchas de nuestras emociones son inconscientes. Tenga en cuenta que, a diferencia de las acciones y los pensamientos, no tenemos la misma capacidad para controlar nuestros sentimientos de forma inmediata y directa. Esto significa que debemos trabajar mucho más duro, aplicando nuestra fuerza de voluntad y nuestra paciencia, para hacerlos conscientes y poder trabajar con ellos. Cuanto mayor sea nuestro desarrollo, más profundamente seremos capaces de adentrarnos en nuestros sentimientos.
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