La vida en la Tierra no es del todo mala. Tampoco es del todo bueno. Siempre hay una desventaja en todo y cada vez que tomamos una decisión, hay varios factores a considerar. Primero, está la realidad de que tal vez no podamos tener exactamente lo que queremos, exactamente how lo queremos, exactamente when lo queremos. Hay muchas partes móviles en este planeta y todos tienen libre albedrío. En pocas palabras, la gente no siempre hace lo mejor y eso crea un efecto.
Además, a veces simplemente no estamos totalmente dispuestos a pagar el precio para tener lo que queremos. O tal vez no estamos dispuestos a aceptar las desventajas inherentes a la opción que preferimos.
No importa cuál sea la situación, aquí hay una verdad absoluta: no podemos engañar a la vida. Simplemente no es posible recibir más de lo que estamos dispuestos a dar. No obstante, todos esperamos poder jugar con el sistema, obteniendo las mayores ventajas y sin tener que cargar con la carga de lo que se necesita para obtener los beneficios. Y ese derecho es una violación de la ley espiritual. Porque la vida no se puede engañar.
Vivir en el plano terrestre conlleva riesgos. No hay certeza, realmente nunca, por lo que se debe aceptar cierta incertidumbre. Sinceramente, Pete, esa es una de las muchas deficiencias de la vida: no existe un plan a prueba de riesgos. Todos debemos hacer el trabajo duro de esforzarnos, cometer errores, aprender y seguir adelante.
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