Tenemos la impresión errónea de que si estamos abiertos, no podremos protegernos de ser abusados. No podríamos estar más equivocados ... Pensemos en la apertura, en perder nuestras estrategias defensivas, no como un acto que se dirige hacia afuera, sino más importantemente como un acto de receptividad hacia nuestro yo interior ...
Si estamos lo suficientemente avanzados en nuestro camino de desarrollo personal como para abrirnos a la transformación de nuestro Yo Inferior, también seremos capaces de experimentar una alegría y satisfacción tremendas, junto con un liderazgo genuino ... ¿Qué implica el arte de asumir el liderazgo, en su sentido más verdadero? ..
Cuando se trata de liderazgo, tenemos muchas actitudes conflictivas. En primer lugar, envidiamos el liderazgo cuando lo encontramos en los demás ... Reactivamos nuestras reacciones latentes hacia cualquier persona con autoridad. Sacamos problemas obsoletos de nuestro escondite y hacemos enemigo de cualquiera que sea un líder en el verdadero sentido de la palabra ... En nuestra envidia de los líderes, queremos convertirnos en el líder. Pero esta parte infantil no desarrollada, que eclipsa a las partes más desarrolladas, no quiere aceptar ninguna de las responsabilidades que conlleva ser un líder ...
Tenemos otro conflicto común con el liderazgo: queremos un líder que nos beneficie personalmente ... Se supone que este líder más grande, en realidad más como un dios personal sesgado, alterará las leyes de la vida para nosotros, como por arte de magia ...
Mientras nos neguemos a cumplir con los requisitos naturales para el liderazgo nosotros mismos, de cualquier manera que estemos llamados a hacerlo, no tenemos derecho a resentir o envidiar el liderazgo de los demás. Sin embargo, lo hacemos. La palabra que describe este fenómeno es "transferencia": reaccionamos a este superpoder de la misma manera que reaccionamos ante nuestros padres ... La ecuación es simple. Si no asumimos el liderazgo sobre nuestra propia vida, necesitaremos encontrar un líder que dirija nuestra vida por nosotros. Porque nadie puede vivir sin liderazgo; nos convertimos en un barco sin timón ...
Vamos a pedir liderazgo que gobierne nuestra vida de una manera que no se nos puede dar. Queremos que dirijan cuando nos convenga, pero les molestaremos por hacerlo. Querremos toda la libertad y los privilegios que se nos otorguen, pero no daremos un paso hacia el auto-liderazgo. Estamos divididos en dos por nuestro propio conflicto oculto ... Debemos ver cómo nos resentimos con aquellos en una posición de liderazgo. Como si nos estuvieran privando o imponiéndonos algo injusto. Debemos evitar actuar como si nos impidieran darnos cuenta de nuestra propia capacidad para ser un verdadero líder ...
Es una ley espiritual que siempre hay un precio que pagar por tener lo que queremos. Entonces, de alguna manera, se podría decir que un líder exige una verdadera entrega. Que ese es el precio que debemos pagar si queremos tener los privilegios del liderazgo, de los cuales hay muchos… Dar es más que un simple acto; también es el pensamiento y la intención detrás del acto. El pensamiento básico detrás del verdadero dar es, "Quiero dar para enriquecer al mundo, no para engrandecer mi ego" ... El liderazgo, en este sentido, se basa en el amor al verdadero dar y el verdadero dar del amor ...
Otra cualidad que es un requisito previo para el liderazgo es la capacidad de ser imparcial ... Para ello, necesitaremos una rigurosa honestidad personal ... Esa es la única forma en que podremos evaluar a los demás de manera válida y objetiva ... Para ser un buen líder, debemos tener esta grandeza. Si no lo hacemos y hemos ganado una posición de liderazgo, seremos derrocados por esto ...
Esto nos lleva a otra cualidad del liderazgo: la voluntad de arriesgarnos a exponernos y estar abiertos a las críticas. Si nos encerramos en el miedo, mientras que al mismo tiempo nos aferramos al anillo de bronce del liderazgo porque nos gustan las ventajas del poder y el prestigio, derrotamos el propósito ... Ser un líder significa correr riesgos constantemente. Necesitamos una base firme para poder tolerar la incomodidad de ser criticado e incomprendido, ya sea con razón o sin ella ...
Como líderes, las cosas no siempre saldrán como queremos. Por lo tanto, también será de vital importancia que desarrollemos nuestra capacidad para resistir la frustración. Más que esto, si queremos convertirnos en personas íntegras y verdaderamente unificadas, tendremos que reconciliar la aparente dicotomía de estos dos opuestos: frustración y satisfacción ... El último peldaño de la escalera nos llevará a un mundo más profundo y radiante como el el punto de frustración se estrecha ... Descubriremos la divinidad de una partícula de frustración. Y ya no será frustración. Milagrosamente nos traerá la mayor satisfacción imaginable.
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