Cuando estemos listos para usar nuestra voluntad volitiva para desenterrar la raíz de nuestros problemas en la vida, surgirá nuestro miedo a dejar ir. Simplemente es.
Cegado por el miedo
7 Cómo el miedo a soltar el pequeño ego estropea la felicidad
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Todo existe tanto en una correcta comprensión como en una distorsión. Dejar ir el ego externo no es una excepción.
Todo existe tanto en una correcta comprensión como en una distorsión. Dejar ir el ego externo no es una excepción.

Debajo de nuestro pensamiento erróneo ordinario, neurótico e inconsciente se encuentra un conflicto difícil incrustado en toda la humanidad: tenemos un anhelo profundamente arraigado de ser felices y, al mismo tiempo, tememos la felicidad. Y este miedo está directamente relacionado con nuestro miedo a dejar ir. Del mismo modo, nuestro anhelo de ser feliz debe ser también un anhelo de ser liberados de las garras de nuestro pequeño ego. Los dos están vinculados. Ahora profundicemos en un nivel más profundo de este tema para que podamos llegar a una nueva comprensión.

Todo existe tanto en una comprensión correcta como en una distorsión. Dejar ir el ego externo no es una excepción. Entonces es posible dejarlo ir de una manera distorsionada y desequilibrada, lo cual no es saludable. Ahora primero, ¿de qué estamos hablando cuando decimos "suelta el ego"? Estas son las facultades a las que tenemos acceso directo: nuestro pensamiento volitivo y nuestra voluntad que tenemos el poder de dirigir.

Aquí hay un ejemplo simple de la diferencia entre la voluntad directa y la voluntad indirecta a nivel del cuerpo físico. Con nuestra voluntad directa, podemos decidir mover nuestra mano, dirigiendo cómo se moverá y qué vamos a recoger con ella. Pero para nuestros latidos o circulación, no tenemos control directo. Sin embargo, podemos regular los latidos del corazón y la circulación controlando el movimiento de nuestro cuerpo.

Nuestra voluntad también funciona de la misma manera a nivel mental y emocional. Nosotros do tienen la capacidad de cambiar los sentimientos desagradables, pero es inútil intentar hacerlo de forma directa o rápida. Es más, cuando dirigimos nuestra voluntad de manera incorrecta, podemos arrojar nuestra psique a un estado de confusión.

Cuando nos esforzamos demasiado en nuestra voluntad, al tratar de ejercerla en áreas que no puede controlar directamente, desperdiciamos energía y nos debilitamos. Es el equivalente a poner todas nuestras fuerzas en cambiar nuestro ritmo cardíaco usando nuestra pura voluntad externa. Si esto funciona, solo empeora nuestra condición. En verdad, tenemos muchas formas de mejorar nuestra circulación, pero forzar, usando nuestra voluntad externa, no es una de ellas.

Los seres humanos hacemos mucho esto: utilizamos el enfoque equivocado. Forzamos nuestra voluntad donde no pertenece y luego descuidamos usarla donde podría estar haciendo mucho bien en nuestro desarrollo personal. Cuando no usamos suficiente voluntad de la manera correcta, nuestro ego se debilita. Cuando usamos demasiado, nuestro ego se agota tanto que intentará escapar de sí mismo. Sin embargo, dejar ir así —por motivos débiles en lugar de desde un lugar de fuerza interior— es un escape que puede volverse bastante peligroso para uno mismo.

Escuche y aprenda más.

Cegado por el miedo: Perspectivas de la guía Pathwork® sobre cómo enfrentar nuestros miedos

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